lunes, 1 de julio de 2013

Benedicto XVI y el Naufragio de Pablo

“Del naufragio [de san Pablo], surgió para Malta la suerte de tener la fe; de este modo podemos pensar también nosotros que los naufragios de la vida forman parte del proyecto de Dios para nosotros y pueden ser útiles para nuevos inicios de nuestra vida”, así se manifestó el Papa Benedicto XVI en el avión a los periodistas camino de su viaje a Malta que ha concluido este domingo, 19 de abril. Las palabras del Papa parecen una guía en su firme liderazgo de la Iglesia ahora que los casos de abusos sexuales destapados recientemente han provocado numerosos y desmedidos ataques al Vaticano.

“Ha concluido el Año Paulino de la Iglesia universal –explicó Benedicto XVI-, pero Malta festeja 1950 años de su naufragio y ésta es para mí una ocasión para subrayar una vez más la gran figura del apóstol de las gentes, con su mensaje importante, precisamente para hoy. Creo que puede sintetizarse la esencia de su viaje con las palabras que él mismo resumió al final de la Carta a los Gálatas: ‘la fe opera en la caridad’”.

El Santo Padre se dirigió en la misa del domingo a los malteses instándoles a conservar la fe que llegó a la isla con san Pablo, y que, afirmó, “fue el mayor de todos los dones que han llegado a estas costas a través de la historia de sus gentes”.

Ante los miles de personas congregadas en la gran plaza Granai de Floriana, el Papa recordó el pasaje de los Hechos de los Apóstoles, proclamado poco antes, que narra el dramático naufragio de Pablo en las costas de Malta.

“La tripulación del barco, para salir del apuro, se vio obligada a tirar por la borda el cargamento, los aparejos e incluso el trigo, que era su único sustento. Pablo les exhortó a poner su confianza sólo en Dios, mientras la nave era zarandeada por las olas”, explicó el Papa.

“También nosotros debemos poner nuestra confianza sólo en Dios. Nos sentimos tentados por la idea de que la avanzada tecnología de hoy puede responder a todas nuestras necesidades y nos salva de todos los peligros que nos acechan. Pero no es así”.

“En cada momento de nuestras vidas dependemos completamente de Dios, en quien vivimos, nos movemos y existimos. Sólo él nos puede proteger del mal, sólo él puede guiarnos a través de las tormentas de la vida, sólo él puede llevarnos a un lugar seguro, como lo hizo con Pablo y sus compañeros a la deriva ante las costas de Malta”, afirmó el Papa.

El Papa se encuentra con las víctimas de abusos de sacerdotes

El Papa Benedicto XVI mantuvo un encuentro, este domingo, con algunas víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes y religiosos en Malta.

Así lo informó un comunicado difundido por la Santa Sede, en el que se aborda el encuentro del Papa, en la Nunciatura Apostólica de Malta con “un pequeño grupo de personas que han sufrido abusos sexuales por parte de miembros del clero”.

El Papa, subraya la nota, “quedó profundamente impresionado por sus historias y expresó su vergüenza y su dolor por lo que las víctimas y sus familias han sufrido”.

“Rezó con ellos y les aseguró que la Iglesia está haciendo, y seguirá haciendo, todo lo que esté en su poder para indagar sobre las declaraciones, llevar ante la justicia a los responsables de los abusos e implementar medidas eficaces dirigidas a salvaguardar a los jóvenes en el futuro”.

El pasado 13 de abril, el mismo arzobispo de Malta y presidente de la Conferencia Episcopal maltesa, monseñor Paul Cremona, se había encontrado de forma privada con un grupo de víctimas de abusos sexuales.

Proteger la identidad cristiana

“Nunca dejéis que vuestra verdadera identidad se vea comprometida por el indiferentismo o el relativismo”, ha sentenciado el Papa Benedicto XVI al despedirse de los malteses una vez concluido la visita pastoral que ha durado 27 horas.

“Sed dignos hijos e hijas de san Pablo”, exhortó el Santo Padre en su último discurso. Del Apóstol, náufrago en la isla hace 1950 años, procede la identidad espiritual de los malteses: “Sed profundamente conscientes” de ella –les invitó el pontífice-, “sed ejemplo de vida cristiana”, “sentíos orgullosos de vuestra vocación cristiana”, “mirad al futuro con esperanza”, “con reverencia por la vida humana y gran estima por el matrimonio y la integridad de la familia”.

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